Sin duda que durante este último tiempo Chile ha sido conocido a nivel mundial por sus trágicas noticias, más que por sus características propias. Nos hemos ubicado y nos han dado un lugar en el mapa, durante éste año 2010.
Primero por la impactante y traumatizante aventura del terremoto y maremoto el pasado 27 de febrero, uno de los más grandes que recuerda la historia con más de dos millones de damnificados, quinientas mil viviendas destruidas, 521 fallecidos, puertos arrasados. El sismo afecto cerca del 80% de la población chilena, abarcando 5 ciudades importantes. Sólo es superado por el de 1960, que se produjo en nuestro mismo país en la ciudad de Valdivia en 1960.

Seis meses después de ésta tragedia una nueva noticia estremece al país, el día jueves 5 de agosto, 33 (32 chilenos y 1 boliviano) mineros quedan atrapados en la mina San José, un yacimiento que queda ubicado en la ciudad de Copiapó. A 700 metros de profundidad los mineros permanecen atrapados durante 70 días.
A pesar que el rescate comienza al día siguiente de ocurrida la tragedia, las esperanzas de que sean rescatados con vidas mantienen en vilo al pueblo de Chile. Nadie por cierto, duda de que puedan estar con vida. La última esperanza es que, los 33 mineros hayan alcanzado a protegerse en “El Refugio”, que es un lugar acondicionado, seguro y con alimentos suficientes para unos cuantos días.
Pero a medida que transcurren los días las esperanzas van diminuyendo, menos en la inquebrantable fe de los familiares de los mineros que inmediatamente ocurrida la tragedia instalan un improvisado campamento, el cual, no se va a levantar hasta las últimas consecuencias.
Los trabajos de rescate siguen sin parar, entre los rescatistas aún existe la posibilidad de que puedan estar con vida en el refugio, pero pasadas ya dos semanas, las dudas empiezan a hacer mellas en sus cabezas, porque existe la posibilidad de que se hayan quedado sin alimentos ni agua.



La alegría y la esperanza nacen nuevamente, así como la atención mundial, cuando el día 22 de agosto la segunda sonda logra romper fondo a 20 metros del refugio a unos 688 metros de profundidad, a las 7:15 de la mañana. Los primeros indicios de que podrían encontrarse con vida, ya que algunos de los rescatistas aseguraron haber sentido algunos tenues golpes en el metal del martillo perforador. Al sacar el martillo, se dan cuenta que viene con restos de pintura roja. Pero la sorpresa es aún mayor cuando entremedio de unas ranuras de ventilación del martillo, vienen una carta dirigida a una esposa de uno de los mineros y un papel escrito con lápiz rojo que decía “Estamos Bien En El Refugio los 33” (Mostrada a la consternada población mundial por el presidente de Chile Sebastian Piñera)
A partir de ahí los canales nacionales de televisión, dedican gran parte de su programación en conocer los detalles paso a paso del inminente rescate, el cual podría durar algún par de meses más. A eso se agrega la televisión de todas partes del mundo y la expectación de la gente común a nivel mundial.
A través de sondas, llamadas “Palomas”, se envían víveres y medicina a los mineros, además de oxigeno y medios de comunicación, para saber el estado de salud de todos ellos y mantenerlos con la moral y espíritu alto.
El rescate llamado “Operación San Lorenzo” (en honor al Santo Patrono de los Mineros), fue un verdadero trabajo de ingeniería, se hizo un ducto de 33 cm, de ancho, para luego ampliarlo a 66 cm de diámetro, espacio suficiente para lograr sacar a una persona en un dispositivo llamado “Capsula Fénix”.
En ella descienden rescatistas cada cierto tiempo, preparan a los mineros para la ascensión, la cual se lleva a cabo el día 13 de octubre y tiene un promedio de duración de más menos 25 horas desde que entra el primer rescatistas y sube el primer minero, hasta que sale el último minero y último rescatistas.
Los 33 hombres que estuvieron atrapados durante 70 días es un verdadero ejemplo de tesón y coraje, al igual que los héroes de ésta historia los rescatistas. 33 vidas, familias, historias, un país unido, el mundo pendiente, muestras de apoyo, un verdadero milagro moderno.
Pero la historia sigue para nosotros, aún falta mucho para seguir, el tema de la reconstrucción y el conflicto del Pueblo Mapuche, junto con otros tópicos de interés nacional, aún permanecen sin conocer resultados de éxito, con unos pocos luchando por llegar a buen termino, sin tener el apoyo mediático que se merecen, pero habrá que seguir, porque aún somos 17 millones de habitantes que esperamos que nuestras vidas cambien para bien y por el bien de todos…